jueves, 4 de diciembre de 2008

Otro poema

Hidra

La humedad tropieza el hastío,

la hiedra helada sube

por el tapial y la vaca

indiferente

–con las patas en el agua–

come mariposas blancas.

Las cosquillas en el estómago

rumiante vaticinan el

hambre de la no–tierra.

Se pudren las alas

y crecen branquias.

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