martes, 12 de mayo de 2009

No aguanto más el reposo

Voy a cesárea, terminé mi semana 33 (la 31 de Tobías). Los pies y piernas no se desinflan ni con las patas arriba, el niño creo que ya camina dentro de mí. En la familia todos se muestran apurados por conocer al bebé. Por mi parte me estoy despidiendo de mi exclusividad con él: disfrutando y padeciendo el código Morse que aplica para mí con sus pataditas y puñetazos. A la amenaza de parto prematuro la estamos corriendo con los días que pasan muy lentamente para mi gusto. ¿Por qué tengo que seguir con las contracciones si no zafo del bisturí?

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